de Pablo habían tenido en cuenta este hecho, estamos entonces ante una “coincidencia no planeada”1 en el sentido de que sabemos únicamente por el libro de los Hechos que su nombre judío era Saúl, mientras que solamente las epístolas nos informan de su pertenencia a la tribu de Benjamín. Algunos escritores cristianos de los primeros siglos apuntaron a la persecución de la iglesia primitiva por parte de Saulo como el cumplimiento de las palabras del patriarca Jacob que habló de Benjamín como de un
Page 48